La vida después del cáncer: alimentación, ejercicio y peso

Tener una alimentación sana, mantener un peso saludable y hacer ejercicio son factores clave para la recuperación después del tratamiento del cáncer. Lograr que estos cambios formen parte de su vida cotidiana puede ayudar a reducir el riesgo de que el cáncer reaparezca y de padecer otro tipo de cáncer. También pueden ayudar a reducir el riesgo de otros problemas de salud, como las enfermedades del corazón, la presión arterial alta y la diabetes.

Cuál es la importancia de la alimentación, el ejercicio y el peso después del cáncer

Una buena alimentación, el ejercicio y un peso saludable pueden ayudar al cuerpo a recuperarse del cáncer. También pueden disminuir el riesgo de sufrir otros problemas de salud después del tratamiento. Estos cambios le permiten lo siguiente: 

  • Ponerse más fuerte. El ejercicio ayuda a fortalecer los músculos, a mantener la flexibilidad y a aumentar la resistencia aeróbica. También puede ayudarlo a alcanzar un peso saludable o a mantenerlo. Los alimentos con proteínas, calcio, vitaminas y minerales ayudan a recuperar los músculos. Además, pueden fortalecer los huesos.

  • Combatir las infecciones. Muchas personas corren un riesgo más alto de tener infecciones durante el tratamiento del cáncer y después. Una alimentación saludable y el ejercicio pueden mejorar el sistema inmunitario.

  • Proteger la salud del corazón. Algunos tipos de tratamientos del cáncer aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón. Este riesgo se puede reducir con ejercicio y con hábitos de alimentación saludables.

  • Disminuir el riesgo de padecer diabetes. Puede haber una relación entre algunos tratamientos contra el cáncer y un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Puede disminuir este riesgo si mantiene un peso saludable, hace ejercicio habitualmente y se alimenta bien.

  • Disminuir el riesgo de padecer otros tipos de cáncer. El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer muchos tipos de cáncer. En el caso de un sobreviviente de cáncer, puede significar un aumento del riesgo de que el cáncer regrese. Los sobrevivientes también pueden desarrollar otro cáncer no relacionado. Puede disminuir este riesgo al bajar de peso. La actividad física también contribuye a reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer.

  • Sentir menos cansancio. Es común tener fatiga extrema después del tratamiento contra el cáncer. Hacer ejercicio con regularidad y mantener una alimentación saludable lo ayudará a sentir menos cansancio.

¿Qué debería comer?

Siga los consejos de alimentación que están en las Pautas alimentarias para estadounidenses del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) y en El Plato para Comer Saludable de la Universidad de Harvard. Encontrará estas recomendaciones: 

  • Coma muchas frutas y verduras. Contienen fibra para mantenerse lleno y nutrientes para mantenerse saludable.

  • Elija granos integrales. Ayudan a bajar el colesterol. Además, mantienen niveles constantes de azúcar en la sangre.

  • Coma proteína saludable. Puede encontrar proteína saludable en la carne de ave, en los huevos, en las carnes magras y en el pescado. También puede obtenerla de los frutos secos, las semillas, los frijoles, los chícharos y el tofu.

  • Omita los alimentos no saludables. Limite o no consuma alimentos elaborados con granos refinados, con azúcar o sal agregados o con grasas saturadas. No consuma grasas trans, como margarinas o aceites parcialmente hidrogenados. Estas grasas suelen estar en productos horneados y tentempiés.

  • Use aceites saludables. Use aceite de oliva o canola y limite el consumo de mantequilla.

  • Beba agua, té o café. No agregue azúcar. Limite el consumo de leche y de productos lácteos. No consuma bebidas azucaradas, como jugo y refrescos.

  • No consuma alcohol. Si lo hace, limite las cantidades. Las mujeres no deberían tomar más de un trago al día. Los hombres, no más de dos. Un trago se considera 354 ml (12 onzas) de cerveza, 148 ml (5 onzas) de vino o 44 ml (1.5 onzas) de un licor con un 40 % de graduación alcohólica.

Si necesita más ayuda, pida a su proveedor de atención médica que lo derive a un nutricionista. El nutricionista puede enseñarle más acerca de hábitos alimenticios para mantenerse saludable.

¿Qué cantidad de actividad física debería hacer?

Los expertos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. recomiendan que los adultos hagan al menos 75 minutos de actividad física intensa por semana. O al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana. Esto equivale a unos 20 minutos de actividad moderada diaria. Por ejemplo, una caminata a paso ligero.

Si recién se está recuperando del tratamiento, no podrá hacer estos ejercicios al principio. Hable con su equipo de atención médica acerca de las actividades que sean seguras para usted antes de comenzar. Luego, comience solo con unos pocos minutos al día. Aumente progresivamente hasta llegar a 150 minutos por semana. A medida que se fortalezca, puede incrementar el tiempo. Intente hacer tanto ejercicios aeróbicos como de fortalecimiento muscular.

Si hacía actividad física antes del cáncer, hable con su proveedor de atención médica sobre cómo retomarla. Hágalo antes de comenzar a ejercitar.

Su proveedor de atención médica puede ayudarlo a decidir qué actividades son las más seguras para usted. Eso puede variar durante la recuperación. Por ejemplo: 

  • Clases de ejercicios

  • Trabajar en el jardín

  • Caminar

  • Montar en bicicleta

  • Largos de pileta o clases de gimnasia en el agua

  • Practicar yoga

El proveedor también puede ayudarlo a decidir cómo aumentar el nivel de actividad con el tiempo.

¿Qué es un peso saludable?

Algunas personas bajan de peso durante el tratamiento del cáncer. Pero muchas otras aumentan de peso. Y muchas personas ya tienen sobrepeso cuando les diagnostican el cáncer. ¿Cuál es un peso saludable para usted? Hable con su proveedor de atención médica. Pregunte cuál debería ser su objetivo. Su proveedor puede hablarle acerca de las maneras saludables de perder peso. O puede ayudarlo a encontrar programas para perder peso cerca de donde vive.

Si tiene dificultades

Hay muchos motivos por los que una alimentación saludable, el ejercicio y el peso pueden ser un problema después del cáncer. Por ejemplo: 

  • Los efectos secundarios pueden dificultar la alimentación. Los efectos secundarios del tratamiento pueden dificultar el consumo de alimentos saludables. Puede suceder incluso mucho después de que termine el tratamiento. Puede tener náuseas. O puede tener alteraciones en el sentido del gusto. Es posible que la cirugía y la radiación afecten su forma de masticar, tragar o digerir la comida.

  • Podría sentir demasiado cansancio para hacer ejercicio físico. La fatiga y la debilidad general después del tratamiento contra el cáncer pueden quitarle las ganas de hacer ejercicios.

  • El tratamiento puede afectar el peso. El tratamiento de algunos tipos de cáncer puede afectar las hormonas del cuerpo. En algunos casos, el aumento de peso se debe a este factor. Puede hacer que sea difícil mantener un peso saludable.

  • La ansiedad o la depresión pueden dificultar el compromiso con una vida sana. Seguir una alimentación saludable puede resultar más difícil si siente ansiedad o depresión. También pueden ser un obstáculo para la actividad física frecuente.

Hable con su proveedor de atención médica si tiene problemas para comer, controlar su peso o hacer la cantidad necesaria de ejercicio. El proveedor puede ayudarlo a encontrar maneras de lidiar con estos problemas. Una posibilidad podría ser unirse a un grupo de apoyo. O quizás cambiar de medicamentos. Estas y otras cosas pueden servir para que mantenga el rumbo.

Busque las recomendaciones y la ayuda que necesite para lograr el mejor estado de salud posible después del tratamiento contra el cáncer.

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